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"La ciencia es una empresa cooperativa que se transmite de generación en generación. Es una antorcha que se pasa de profesores a alumnos y viceversa. Una comunidad de mentes capaces de regresar hasta la antigüedad y viajar más allá de las estrellas. ¡Nuestro viaje solo acaba de empezar!". (Neil deGrasse Tyson)


"El trabajo en equipo convierte los sueños en realidades". (Scott Kelly)

domingo, 12 de julio de 2015

12 de julio, El Final

Estoy ahora mismo en el metro de Sydney, la competición ha acabado y en el aire se respira una cierta nostalgia. Ser participante de una competición tan grande como esta es algo que merece la pena. Y como siempre, ¿qué mejor forma de entenderlo que comenzar con el relato del día de un participante? Comencemos:


El día 12 de julio o mejor dicho, hoy, nos hemos despertado más relajados que otros días porque no teníamos ninguna presión de que dirían los jueces o si el robot fallara mucho. Y por supuesto, nada mas levantarnos y vestirnos, sólo quedaba lo más necesario. Un gran desayuno reconstituyente (mi compañero Alberto coincide con esto, acaba de leer esta línea y asiente) y que nos da las fuerzas necesarias para seguir con un día que esperábamos que fuese muy agotador. Y sí, tras unas tortitas y unos cereales nos pusimos manos a la obra y cogimos todo lo necesario... ¡el problema fue que faltaba una maleta! y encima, la que contenía los "brazos" con los que hacemos las pruebas.


Caras de desesperación por no encontrar las maletas

Una mañana como diría mi entrenador Rubén "Dezaztroza". Y tras buscarla y buscarla, al final la dimos por perdida, pero claro, ¡Naiara y Claire tenían que competir! así que nos dirigimos a la universidad en metro y como es un trayecto largo, pasamos ese rato delegando a cada uno una tarea. Fue como si empezáramos de nuevo, solo que teníamos una base, el robot, y teníamos que volver a construir y programar el robot así que cogimos la caja de repuestos (somos muy precabidos) y nos pusimos manos a la obra hasta que milagrosamente apareció la maleta en una de las salas donde habíamos competido el día anterior, ayer.

 Caras de alegría tras encontrar la maleta

Y tras recuperar los brazos y ya más relajados, empezamos a probar el robot y a entrenar en la mesa. En este caso Naiara y Claire, que competían hoy en mesa. Y por supuesto, a continuar con nuestras actividades en el stand, las cuales ayudan a más de uno a acercarse y entablar conversación con nosotros (y a sacarse alguna que otra foto) con lo que al fin y al cabo se nos pasó toda la mañana. Y tras acabar una fantástica ronda con nada más y nada menos que 315 puntos ya solo nos quedaba disfrutar de lo que quedaba de día. Efectivamente, hoy ha sido un gran día, no hemos ganado ningún premio en esta competición, pero sólo con el hecho de estar aquí, en este preciso momento, en un país como Australia con mi equipo, ya me siento un ganador, pues la experiencia ha sido espectacular.






La entrega de premios ha tenido muchas sorpresas, y ya podemos dar por finalizado nuestro paso por la competición, pues, ¿qué mejor lugar que Sydney para despedir un año más que bueno?

Y sí, al igual que les dijimos a los jueces de los Valores ayer, ahora os digo que no vamos a volver a competir juntos. Sin embargo, sí que seguiremos ahí, ayudando como voluntarios, entrenadores o árbitros pero apoyando esta actividad tan espléndida que nos ha ofrecido tantas oportunidades. Esto no es un adiós...


¡JUNTOS, SOMOS MÁS!
Javier Iribarren